El nombre adecuado para las incas sería
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El personal de la empresa incluye tanto a profesionales de alto nivel como a jóvenes especialistas con potencial de crecimiento. Todos los miembros de la empresa trabajan en equipo y tienen funciones bien especificadas y estructuradas para garantizar que todos los servicios prestados por la empresa se realicen con su conocida eficiencia y eficacia.
Los dirigentes de la empresa son especialistas certificados y cuentan con una importante experiencia adquirida a lo largo de los años prestando servicios de consultoría contable, fiscal y financiera a los clientes, en particular, sobre los siguientes temas: análisis objetivo de la legislación fiscal y financiera, metodología de cálculo y programación de pagos de impuestos y otros pagos obligatorios, desarrollo e introducción de sistemas de contabilidad y control interno, contabilidad de costes, procedimiento de operaciones de exportación-importación, control y regulación de divisas.
Nuestro objetivo principal es prestar servicios eficientes y “orientados al cliente”, basados en la profesionalidad y el impulso para el logro de objetivos y metas. Durante la realización del trabajo, nos convertimos en un miembro del equipo del cliente, y no en un asistente externo y/o un espectador indiferente.
Sistema de conteo incaico
Indonesia publica sus datos de emisiones forestales y terrestres a través del INCAS (Sistema Nacional de Contabilidad del Carbono de Indonesia), una organización gestionada por el Ministerio de Medio Ambiente y Bosques. Proporciona tablas de emisiones por año para el país y cada una de las provincias. Cada tabla corresponde a una fuente de uso forestal/de la tierra diferente. El INCAS es un sistema de contabilidad de GEI de nivel 3, lo que significa que cumple con las normas más estrictas de la CMNUCC en cuanto a medición, verificación y notificación de datos. Las turberas aparecen en un nivel inferior, el nivel 2.
Las tablas de emisiones del sitio web del INCAS muestran las emisiones del país y de las provincias. Los datos que producen estas tablas serían más útiles para evaluar las políticas que las emisiones de cada provincia. Es imposible saber a qué se debe el cambio en las emisiones de cada sector recogido en las tablas. ¿La disminución de las emisiones de los incendios forestales fue el resultado de la moratoria de la tala? ¿O los plantadores de aceite de palma tuvieron más éxito a la hora de vigilar sus cultivos en busca de focos? ¿O llovió mucho ese verano?
Las tablas del INCAS tampoco se han actualizado desde 2012. Las cifras de las emisiones de la silvicultura/las turberas/el uso de la tierra están ampliamente disponibles en otras fuentes. Climate Watch ofrece magníficas visualizaciones desglosadas por provincias para estas formas de emisiones. Los datos de las emisiones de energía son menos granulares.
Sistema de escritura inca
El quipu (también deletreado khipu) es un dispositivo de registro formado por cuerdas que históricamente han sido utilizadas por varias culturas de la región de la América del Sur andina[1]. Las cuerdas anudadas no relacionadas con el quipu han sido utilizadas para registrar información por los antiguos chinos, tibetanos y japoneses[2][3][4][5].
Un quipu solía estar formado por cuerdas de algodón o de fibra de camélido. El pueblo inca los utilizaba para recopilar datos y mantener registros, controlar las obligaciones fiscales, recopilar registros de censos, información calendárica y para la organización militar[6] Las cuerdas almacenaban valores numéricos y de otro tipo codificados en forma de nudos, a menudo en un sistema posicional de base diez. Un quipu podía tener unos pocos o miles de cordones[7] La configuración de los quipus ha sido “comparada con la de las fregonas de hilo”[8] Las pruebas arqueológicas también han demostrado el uso de madera finamente tallada como base suplementaria, y quizás más resistente, a la que se fijaban los cordones codificados por colores[9] Se ha conservado un número relativamente pequeño.
Los objetos que pueden identificarse inequívocamente como quipus aparecen por primera vez en el registro arqueológico en el primer milenio d.C.[10] (aunque los quipus debatidos son muy anteriores[11]). Posteriormente, desempeñaron un papel fundamental en la administración del Reino de Cusco y, más tarde, del Tawantinsuyu, el imperio controlado por la etnia inca, que floreció en los Andes desde aproximadamente el año 1100 hasta el 1532 d.C. Algunos han argumentado que cuando la región fue subsumida bajo el Imperio español, los quipus fueron destruidos activamente, para ser sustituidos por sistemas de escritura y numéricos europeos; pero la respuesta española al quipu es mucho más complicada que esto. Si bien es cierto que algunos quipus fueron identificados como idolátricos y destruidos, los españoles en realidad promovieron la adaptación del sistema de registro de los quipus a las necesidades de la administración colonial; y los sacerdotes abogaron por el uso de los quipus con fines eclesiásticos[12] En varias aldeas modernas, los quipus han seguido siendo elementos importantes para la comunidad local, aunque con un uso más ritual que práctico. No está claro dónde y cuántos quipus intactos existen todavía, ya que muchos se han guardado en mausoleos[10].
Qué es machu picchu y quién lo encontró
Los incas no dejaron lugar a dudas de que la suya era una civilización sofisticada y tecnológicamente avanzada. En su apogeo, en el siglo XV, fue el mayor imperio de América, con una extensión de casi 5.000 kilómetros desde el actual Ecuador hasta Chile. Fueron ellos quienes construyeron Machu Picchu, una finca real encaramada en las nubes, y una extensa red de carreteras pavimentadas con puentes colgantes hechos de hierba tejida. Pero la paradoja de los incas es que, a pesar de toda esta sofisticación, nunca aprendieron a escribir.
¿O no? Puede que los incas no hayan legado ningún registro escrito, pero sí tenían coloridas cuerdas anudadas. Cada uno de estos dispositivos se llamaba khipu. Sabemos que estas intrincadas cuerdas son un sistema similar al ábaco para registrar los números. Sin embargo, también se ha insinuado que podrían codificar historias, mitos y canciones perdidas hace mucho tiempo.
En un siglo de estudios, nadie ha conseguido hacer hablar a estos nudos. Pero recientes avances han comenzado a desentrañar este enmarañado misterio de los Andes, revelando los primeros indicios de simbolismo fonético dentro de las hebras. Ahora, dos antropólogos se acercan al equivalente inca de la piedra Rosetta. Esto podría finalmente descifrar el código y transformar nuestra comprensión de una civilización cuya historia ha sido contada hasta ahora sólo a través de los ojos de los europeos que trataron de destriparla.Advertisement