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Los emprendedores sociales combinan el comercio y las cuestiones sociales de forma que mejoran la vida de las personas relacionadas con la causa. No miden su éxito únicamente en términos de beneficios: para los empresarios sociales, el éxito significa que han mejorado el mundo, sea cual sea su definición.
Sin embargo, más allá de eso, hay opiniones divergentes sobre lo que constituye el emprendimiento social. Algunos creen que la definición sólo se aplica a las empresas que ganan dinero y trabajan para mejorar un problema determinado vendiendo algo a los consumidores. Otros dicen que los propietarios de empresas que trabajan para resolver un problema social utilizando dinero de subvenciones o del gobierno también son empresarios sociales.
En el modelo de “ingresos ganados”, en el que el empresario social gana dinero vendiendo algo, los clientes de la empresa saben que su compra ayudará a apoyar una causa declarada, ya sea proporcionando jabón a los niños necesitados para que el lavado de manos les proteja de las enfermedades o vendiendo silbatos para ayudar a promover la paz en el Congo.
Aunque popularizados por la Generación X, los emprendedores sociales existen desde hace mucho tiempo en la historia. Los innovadores del siglo XIX, Florence Nightingale y el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted, son considerados emprendedores sociales.
El emprendimiento social puede definirse como hacer negocios por una causa. Esta forma de emprendimiento combina cuestiones empresariales y sociales en un intento de mejorar la vida de las personas. Aparte de los motivos altruistas, una de las posibles razones que subyacen a esta iniciativa es que si la sociedad progresa bien, las empresas también serán más rentables. Este artículo le llevará a conocer la definición, los tipos y los ejemplos de emprendimiento social.
El emprendimiento social se produce cuando un individuo o un grupo de personas asumen la responsabilidad de resolver los problemas de la sociedad. Puede tratarse de un asunto discreto o de una iniciativa a gran escala que implique a las masas. Lo que importa es que la actividad o iniciativa resuelva un problema y provoque un cambio positivo en la vida de alguien.
Cualquiera y todo el mundo puede idear una solución a un problema y convertirse en un emprendedor social, ya sean organizaciones o individuos. Una fuerte fuerza de voluntad, la intención de hacer el bien y un enfoque adecuado son las fuerzas motrices.
En palabras de Bill Drayton, emprendedor social, autor y fundador de Ashoka: Innovadores para el público, “Siempre que la sociedad está atascada o tiene la oportunidad de aprovechar una nueva oportunidad, necesita un emprendedor que vea la oportunidad y luego convierta esa visión en una idea realista y luego en una realidad y, de hecho, en el nuevo patrón de toda la sociedad. Necesitamos ese liderazgo empresarial al menos tanto en educación y derechos humanos como en comunicaciones y hoteles. Este es el trabajo de los emprendedores sociales”.
Un emprendedor social es una persona que persigue aplicaciones novedosas que tienen el potencial de resolver problemas de la comunidad. Estos individuos están dispuestos a asumir el riesgo y el esfuerzo de crear cambios positivos en la sociedad a través de sus iniciativas. Los emprendedores sociales pueden creer que esta práctica es una forma de conectar con el propósito de su vida, ayudar a otros a encontrar el suyo y marcar la diferencia en el mundo (todo ello mientras se ganan la vida).
Aunque la mayoría de los emprendedores están motivados por la posibilidad de obtener beneficios, el afán de lucro no impide que el emprendedor ordinario tenga un impacto positivo en la sociedad. En su libro La riqueza de las naciones, el economista Adam Smith explicaba: “No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de lo que esperamos nuestra cena, sino de su atención a su propio interés”. Smith creía que cuando los individuos perseguían su propio interés, se guiaban hacia decisiones que beneficiaban a los demás. El panadero, por ejemplo, quiere ganarse la vida para mantener a su familia. Para lograrlo, produce un producto -pan- que alimenta y nutre a cientos de personas.
Los estudiantes organizadores del Club Verde del Instituto Universitario Newcomb crearon en 2010 una organización de emprendimiento social cuyo objetivo es animar a la gente a reducir los residuos y a vivir de forma más consciente con el medio ambiente.
En ocasiones, las empresas sociales con ánimo de lucro pueden crearse para apoyar los objetivos sociales o culturales de la organización, pero no como un fin en sí mismo. Por ejemplo, una organización cuyo objetivo es proporcionar vivienda y empleo a las personas sin hogar puede explotar un restaurante, tanto para recaudar dinero como para proporcionar empleo a las personas sin hogar.
En 2010, el emprendimiento social se vio facilitado por el uso de Internet, en particular las redes sociales y los sitios web de medios sociales. Estos sitios web permiten a los emprendedores sociales llegar a numerosas personas que no están geográficamente cerca, pero que comparten los mismos objetivos, y les animan a colaborar en línea, a conocer los problemas, a difundir información sobre los eventos y las actividades del grupo, y a recaudar fondos a través del crowdfunding[cita requerida].
