Medellín contra Bogotá. Mi viaje a Bogotá.
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En las últimas semanas, una gran cantidad de empresas colombianas y extranjeras vinculadas a Colombia se unieron para entregar ayuda sobre el terreno a las personas afectadas por el huracán Iota en las islas de San Andrés y Providencia, frente a la costa nicaragüense.
¿Qué es lo más importante a tener en cuenta si se quiere estudiar en Canadá? Aquí, en el London Language Institute, hemos trabajado con estudiantes de todo el mundo durante los últimos 20 años, por lo que sabemos que con un poco de planificación se puede transformar una gran experiencia en una extraordinaria.
Las empresas y los candidatos están descubriendo que los programas de prácticas internacionales ofrecen algo más que oportunidades de trabajo: son intercambios culturales que contribuyen a cambiar las percepciones y a profundizar en las perspectivas.
Nuestro nuevo artículo le ofrecerá cada mes una instantánea de un rincón diferente de Bogotá. Este año hemos estado más tiempo en casa, así que un escritor ha querido capturar una muestra de diferentes partes de la ciudad. ¿El primero? El parque.
El coronavirus sigue dominando las noticias, pero el deporte también vuelve a estar presente en todo el mundo, incluido el Tour de Francia. Y es una fiesta para los aficionados al ciclismo colombiano, ya que los colombianos están de enhorabuena. ¿Qué podemos sacar de los primeros 11 días del Tour?
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Fue hace 20 años, pero José aún recuerda haber visto por primera vez el clásico ruso de León Tolstoi en la basura de una casa del barrio de Bolivia, en Bogotá. El basurero cargó su camión con el resto de los residuos, pero se llevó el libro a casa. Fue el comienzo de una maravillosa obsesión.
El exterior de su modesta casa de dos plantas se mimetiza con sus vecinos, pero el interior no puede ser más diferente. Es la sede de La Fuerza de las Palabras, una biblioteca comunitaria.
La familia de José alquilaba la planta baja a los inquilinos. Todavía viven en el primer piso, pero los libros han invadido las tres habitaciones de la planta baja. Allí no se ven las baldosas, salvo un estrecho camino que serpentea por las habitaciones. Está bordeado de pilas de libros que rozan el techo -la última vez que José lo contó, había unos 25.000- y parece que cada día lo encuentran más libros. La biblioteca ha empezado a enviar zarcillos también al espacio familiar de arriba. Una pared entera y algunas estanterías nuevas en su comedor están cubiertas de novelas.
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José Alberto Gutiérrez, a la izquierda, habla con los niños que visitan su biblioteca en su casa de Bogotá, Colombia, el miércoles. El material de lectura se acumula poco a poco, y ahora la planta baja de su pequeña casa es una biblioteca comunitaria improvisada apilada desde el suelo hasta el techo con unos 20.000 libros, que van desde libros de texto de química hasta clásicos infantiles. (AP Photo/Fernando Vergara)
Gutiérrez empezó a rescatar libros de la basura hace casi 20 años. Conducía un camión de la basura por la noche en los barrios más ricos del país. El material de lectura desechado se fue acumulando poco a poco. Y ahora la planta baja de su pequeña casa es una biblioteca comunitaria improvisada. Está apilada del suelo al techo con unos 20.000 libros. Hay desde libros de texto de química hasta clásicos infantiles.
Dice que los libros son un lujo para los niños y niñas de barrios de bajos ingresos como el suyo. El material de lectura nuevo en las librerías es demasiado caro. En Bogotá hay 19 bibliotecas públicas. Es una ciudad de 8,5 millones de habitantes. Pero las bibliotecas suelen estar alejadas de las zonas más pobres.
Crítica a la tipografía de Colombia
Para los que entienden el ruso, la palabra “Bogotá” suena muy parecida a la que se traduce como “rica”. Y, efectivamente, la ciudad hace honor a esta connotación del nombre en cuanto a cosas peculiares que merece la pena explorar además de la coca, el café y las esmeraldas. Aquí está la lista más larga de ideas…
Colombia es un gran productor de chocolate, y los chocolates de la marca Nacional de Chocolates Santander pueden ser uno de los mejores chocolates que haya probado. Una tableta de chocolate negro puro del 75% se vende por unos 2 dólares. Para un toque extra, puedes comprar una tableta de chocolate negro con trocitos de café. Para chocolates de diseño, prueba XoCo. En sus tiendas de los centros comerciales, como Andino y Santa Bárbara, puedes comprar una caja de hermosos y coloridos chocolates santanderinos hechos a mano. Prueba sus exóticos sabores colombianos, como maracuyá, uchuva y zapote (a partir de 12 dólares). Si piensas llevarte chocolates de vuelta, es mejor que los lleves en tu equipaje de mano para que no se conviertan en un delicioso desastre al derretirse en el asfalto del aeropuerto.