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Los seres humanos nacen sociales. Por eso las aplicaciones de las redes sociales han sido bien recibidas desde 1997, con el primer sitio de redes sociales de verdad, SixDegrees.com. En la actualidad, hay más aplicaciones de redes sociales de las que se pueden contar con los dedos.
Pero siempre hay dos caras de la moneda. Con tantas publicaciones que se comparten en las redes sociales cada día, es fácil confundir lo que es real con lo que no lo es. Esto no sólo divide a la gente, sino que también la pone en peligro, sobre todo cuando se trata de la salud de las personas. Por ello, cada vez es más necesario que las personas no sólo estén informadas, sino que hagan un uso responsable de las redes sociales.
En EE.UU., desde el brote de coronavirus, cada vez hay más consumidores que participan en las redes sociales. De hecho, ha permitido que las funciones de transmisión en directo, chat de vídeo y juegos mejoren para estar a la altura de la creciente demanda.
En la reciente encuesta realizada el pasado mes de mayo, el 51 por ciento del total de los encuestados informó de un aumento espectacular en el uso de ciertas aplicaciones de medios sociales. Alrededor del 60% tiene entre 18 y 34 años, el 64% entre 35 y 49 años y el 34% tiene más de 65 años.
Tu responsabilidad Al inscribirte como estudiante en la Sheffield Hallam University, aceptaste acatar el Reglamento de Estudiantes de la Universidad. El Reglamento de Informática y el Código de Conducta son específicamente relevantes, y la ignorancia no es una defensa si las cosas van mal, así que sigue los enlaces que aparecen a continuación y léelos con atención.
El Código de Conducta forma parte del Reglamento Disciplinario de Estudiantes. El código establece las normas de conducta que se esperan de los estudiantes, y esto incluye el uso o el mal uso de las redes sociales y las herramientas de comunicación digital relacionadas.
Los profesores y los padres del siglo XXI tienen un reto que afrontar y la responsabilidad de hacerlo. La tecnología es una parte prominente y permanente de la sociedad moderna. Es una bendición y una maldición, especialmente cuando se trata de los medios sociales y los niños.
Todos nos hemos enfrentado a la necesidad de tomar decisiones importantes para nuestros hijos en lo que respecta a la tecnología; a qué edad permitirles tener su primer teléfono móvil, si dejarles utilizar las redes sociales como herramienta de investigación o presentación en clase para proyectos escolares, cuánto tiempo permitirles en las redes sociales cada día, si es que lo hacen, si instalar un software de control infantil en los ordenadores de casa o de la escuela.
Todas estas decisiones son legítimas como padres y educadores. Queremos que los niños puedan utilizar todas las increíbles herramientas de aprendizaje que ofrece la tecnología, pero también queremos que estén seguros. La tecnología está evolucionando rápidamente. La Generación Z está por todas partes. Conocen las últimas tendencias en cuanto empiezan a serlo. Mi hijo de cuatro años sabe utilizar una aplicación de edición de fotos en mi teléfono mejor que yo.
La presión de estar constantemente conectado, que se ha convertido en un reto con el acceso constante a las redes sociales que proporcionan los smartphones, puede llegar a ser estresante. Muchos jóvenes dicen sentir la necesidad de estar constantemente conectados por miedo a perderse algo (también conocido como FOMO), lo que puede estar asociado a la depresión y la ansiedad. Además, estar constantemente conectado o sentir la necesidad de estarlo puede afectar al sueño, por ejemplo si los jóvenes duermen con sus teléfonos. Recibir notificaciones/alertas de las redes sociales a lo largo de la noche puede alterar la calidad del sueño.
Los intercambios online y offline proporcionan diferentes tipos de conexión social. El tiempo en persona es importante para el apoyo y el bienestar emocional. Anime a los jóvenes a tener un equilibrio en lugar de descuidar el tiempo cara a cara con personas importantes en sus vidas, en lugar de las interacciones en línea.
Esté atento a las posibles lesiones en línea de la autoestima de los jóvenes. Hay un elemento de las redes sociales que implica posar y curar, incluso entre los adultos. La gente suele presentar versiones ideales de su vida. Los jóvenes pueden sentirse presionados para presentar un falso yo en línea o mantener una determinada imagen. Del mismo modo, también pueden hacer comparaciones con sus compañeros que les hagan sentir una imagen negativa de sí mismos.